Nuria y Rosa sincronizan los latidos de la pobreza

Aquella afirmación de Virginia Wolf sobre la importancia de que las mujeres tengan una habitación propia en la que puedan escribir podría aplicarse a las oficinas en las que trabaja Nuria. Una ONG necesita tener un espacio propio desde el que mantener viva la red de cuidados, y más una organización como EAPN (red europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social), que enlaza a 38 entidades alrededor de un compromiso común: eliminar la pobreza y la exclusión social en la Unión Europea.

Nuria es consciente de que sus oficinas son un punto de encuentro de profesionales del tercer sector de lo social, de la economía, del derecho, de servicios sociales, personas voluntarias, o quienes viven en vulnerabilidad. Que se sientan acogidas no sólo es importante, sino estratégico, por eso cuida todo al detalle. El último es el cuadro que Nuria colocó el pasado fin de semana y que Rosa no ha visto aún. Se trata de un enorme corazón rojo con un mensaje especial: El mundo necesita personas que aman lo que hacen. 

El enorme corazón rojo recuerda al recién llegado el secreto de la red de cuidados: como un solo latido, se puede incidir en el terreno político en favor de las personas más vulnerables y alcanzar la justicia social.